"La comunicación escrita tiene que relacionarse con el ejercicio de los derechos y deberes de la ciudadanía. Los organismos administradores, públicos y privados, pero también los autores individuales, tienen el deber de hacerse entender, mientras que los administrados tienen el derecho de poder comprender lo que necesiten para desenvolverse en la sociedad moderna. Las dificultades en la comunicación crean desconfianza y atentan contra la convivencia social".

La cocina de la escritura, Daniel Cassany.

lunes, 5 de octubre de 2020

El testamento sin signos de puntuación

El "Testamento sin signos de puntuación" es un texto muy conocido de Manuel Toledo y Benito. Se utiliza para demostrar cómo la colocación de un signo de puntuación puede "alterar" el sentido de un enunciado. A continuación, veremos la adaptación de http://www.lengua.profes.net.

Cuéntase de un señor que, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente escrito, falto de todo signo de puntuación:

Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo.

Se dio lectura del documento a las personas aludidas en éste, y cada cual se atribuía la preferencia. Mas a fin de resolver estas dudas, acordaron que cada una presentara el escrito corriente con los signos de puntuación cuya falta motivaba la discordia. Y, en efecto, el sobrino Juan lo presentó de esta forma:

Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.

Como puede verse, el favorecido resultaba ser Juan; más no conformándose el hermano Luis, este lo arregló así:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No: a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.

El sastre, a su vez, justificó su reclamación como sigue:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.

De este modo, el sastre intentó cobrar su cuenta; pero se interpusieron los jesuitas, reclamando toda la herencia, y sosteniendo que la verdadera interpretación del escrito era esta:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo.

Esta lectura motivó gran escándalo entre los concurrentes y, para poner orden, acudió la autoridad. Esta consiguió restablecer la calma, y después de examinar el escrito, objeto de la cuestión, exclamó en tono severo:

-Señores, aquí se trata de cometer un fraude. El finado no ha testado y, por tanto, la herencia pertenece al Estado, según las leyes en vigor. Así lo prueba esta verdadera interpretación:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.

“En su virtud, y no resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez …, etc., etc., me incauto de ella en nombre del Estado. Queda terminado este asunto”.


Conclusión. El uso de los signos de puntuación viene determinado por el sentido de las frases y es necesario usar los que en cada caso convengan y precisamente donde convengan.


sábado, 19 de septiembre de 2020

Artículo sobre el lenguaje administrativo

La autora Simona Anna Barbagallo, de la Universidad de Catania en Italia, publicó recientemente un interesante artículo sobre las características del lenguaje administrativo y su uso en la enseñanza de los tecnoletos a estudiantes italianos que aprenden español como segunda lengua. Este estudio se vuelve relevante para los funcionarios de nuestro país puesto que pueden advertir características especiales de este lenguaje y aprovechar los ejercicios planteados por la autora a sus estudiantes.

A continuación, copio el resumen del artículo y el enlace de la Revista de Lenguas Modernas, de la Universidad de Costa Rica, donde puede consultarse: 

El lenguaje de la administración: análisis contrastivo español-italiano

Por Simona Anna Barbagallo

Resumen

Este trabajo nace de la exigencia de dar a conocer las características del lenguaje de la Administración en el ámbito de la enseñanza de los lenguajes sectoriales en Italia, que muy  a  menudo  se  confunde  fácilmente  con  el  lenguaje  jurídico.  Lo  que  proponemos  es  una metodología en la que —por medio de estrategias y técnicas didácticas, integradas y funcionales— el saber lingüístico y el saber especializado construyen competencias que permitan al aprendiz operar en el ámbito profesional meta.

Consultar artículo completo en: Revista de Lenguas Modernas, n.° 32.

lunes, 16 de marzo de 2020

Coronavirus o COVID-19: recomendaciones de escritura



La Fundación del Español Urgente (Fundéu) ha publicado una serie de recomendaciones de escritura relacionadas con la enfermedad COVID-19. En esta entrada, presentaré un resumen de dichos consejos de redacción:

COVID-19: es el nombre de la enfermedad, así lo establece la Organización Mundial de la Salud. La enfermedad la escribiremos, entonces, con mayúsculas y con un guion antes de los dos dígitos. Si hubiera necesidad de lexicalizar el término, lo haremos de la siguiente manera: covid-19 (todo en minúscula por tratarse de un nombre común de enfermedad). 

SARS-CoV-2: es el virus causante de la enfermedad, según el Comité Internacional para la Taxonomía de los Virus

Coronavirus: este sustantivo se refiere a cualquier virus de la familia Coronaviridae. Debe escribirse  en una sola palabra, sin guion ni espacios intermedio y con inicial minúscula. Su plural es invariable: los coronavirus. También es posible emplear expresiones descriptivas como: enfermedad del coronavirus o neumonía por coronavirus.

Anticoronavirus: se escribe en una sola palabra, sin guion ni espacio, pues se trata de un prefijo (p. ej. antivirus).

Anti-COVID-19: se escribe con guion después del prefijo anti-, porque, pese a tratarse también de un prefijo, la norma indica que se escribe con guion el prefijo que va seguido de una sigla.

También es importante conocer otros términos relacionados:


Estado de alarma: en este caso la palabra estado se refiere a una situación (p. ej.: estado de emergencia); por esta razón, debe escribirse con minúscula inicial: estado de alarma. La palabra Estado se escribirá con mayúscula cuando haga mención de una forma de organización política o del conjunto de los órganos de gobierno de un país.

Teletrabajo: se escribe en minúscula y sin guion. Teletrabajo es una palabra aceptada por el Diccionario de la Lengua Española y significa: "Trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas".

Teletrabajador: se escribe en minúscula y sin guion. Se utiliza para referirse a la persona que realiza sus funciones por medio del teletrabajo. Es importante anotar que el término teletrabajar no aparece registrado en el Diccionario de la Lengua Española; por ende, no es recomendable su uso.
Epidemia: cuando una enfermedad se propaga por un país durante algún tiempo.
Pandemia: cuando  una enfermedad se extiende a otros países.
Por lo explicado anteriormente, pandemia es el término más adecuado es referirise a la propagación del nuevo coronavirus. No obstante, como señala la Fundéu, "la Organización Mundial de la Salud prefiere emplear pandemia solo cuando una nueva enfermedad grave se ha propagado por todas las zonas sanitarias del mundo. Entre tanto considera más apropiado emplear la expresión epidemia o, en un contexto más técnico, emergencia de salud pública de preocupación internacional, PHEIC por sus siglas en inglés" (Fundéu: Coronavirus, claves de escritura).

Notas: 
Esta entrada tiene como fuentes principales "Coronavirus, claves de escritura" y "Anticoronavirus, sin guion, pero anti-COVID-19", "estado de alarma, con minúscula inicial", "teletrabajo, en minúscula y sin guion" de la Fundéu.
Imagen tomada del periódico La Nación (16 de marzo de 2020).